Marcel Schwob se anticipó a los historiadores actuales que estudian el pasado en los testimonios de la gente común. Los relatos de Vidas imaginarias se encuentran a medio camino entre la ciencia histórica, basada en la investigación crítica y en la interpretación rigurosa de los hechos, y la historiografía grecorromana. con estas breves biografías que se nutren de diversos recursos narrativos, creó un estilo que resultó innovador para su época, y que tuvo una gran influencia en el siguiente siglo. Asimismo, en la cruzada de los niños la permeabilidad entre poesía y prosa es el punto en común que hila cada relato. la novela histórica queda reducida a sus datos esenciales. Schwob no describe: evoca lo que es en 1212, entre la cuarta y la quinta cruzada, la aventura emprendida por miles de niños de Francia y Alemania que intentan rescatar el Santo sepulcro. Reduce la tragedia a unos cuantos monólogos, a meras sugerencias que el lector tendrá que completar su imaginación revivirá desde dentro lo que sienten los niños que esperan llegar a Jerusalén para cumplir la hazaña que tantos guerreros han intentado.

Vidas Imaginarias de Marcel Schwob , Editorial Porrúa S.A. de C.V. (Editor)

Vidas Imaginarias de Marcel Schwob , Editorial Porrúa S.A. de C.V. (Editor)
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Marcel Schwob se anticipó a los historiadores actuales que estudian el pasado en los testimonios de la gente común. Los relatos de Vidas imaginarias se encuentran a medio camino entre la ciencia histórica, basada en la investigación crítica y en la interpretación rigurosa de los hechos, y la historiografía grecorromana. con estas breves biografías que se nutren de diversos recursos narrativos, creó un estilo que resultó innovador para su época, y que tuvo una gran influencia en el siguiente siglo. Asimismo, en la cruzada de los niños la permeabilidad entre poesía y prosa es el punto en común que hila cada relato. la novela histórica queda reducida a sus datos esenciales. Schwob no describe: evoca lo que es en 1212, entre la cuarta y la quinta cruzada, la aventura emprendida por miles de niños de Francia y Alemania que intentan rescatar el Santo sepulcro. Reduce la tragedia a unos cuantos monólogos, a meras sugerencias que el lector tendrá que completar su imaginación revivirá desde dentro lo que sienten los niños que esperan llegar a Jerusalén para cumplir la hazaña que tantos guerreros han intentado.